AVIDEZ FATÍDICA

Anhelas fatídicamente tu destino, cueste lo que cueste. Es difícil afrontar el dolor del aislamiento, el dolor de la soledad, el dolor de la duda, el dolor de la vulnerabilidad que supone controlarse en cualquier medio. Sabes cuando se acerca esto. Lo sabes cuando recorres las calles hora tras hora. Cuando llega la inquietud, cuando te obsesiona una idea, algo que no consigues plasmar.

jueves, 2 de junio de 2011

Adaptación del cuento: Don Quijote de La Mancha


Su nombre era Ana y vivía en la Ciudad de Buenos Aires, vivía en un departamento en un segundo piso con su familia. Ella a pesar de haber vivido siempre con su familia, muchas veces se sentía diferente. Sentía que no pertenecía a ella. Y que tal vez en alguna vida anterior habría vivido en un bosque y crecido en la naturaleza.
Este departamento, obviamente, no tenía ningún pedacito de tierra ni pasto. Pero por la ventana de la habitación de Anita asomaban las hojas de un gran árbol, que se ubicaba en un terreno baldío que estaba a continuación del edificio. Ese árbol era un manzano y ella sentía que era lo único que le transmitía serenidad cuando estaba mal, y que era el único que siempre estaba presente para escucharla.
Su vida era muy estresada y su familia estaba siempre preocupada y mal humorada. Ella también se sentía así mientras estaba con ellos, pero cuando iba a su habitación y sentía el aire que este grandioso ser le cedía, su humor mejoraba repentinamente.
Ella lo bautizo con el nombre de Garamond.
Anita pasaba horas junto a Garamond, y disfrutaba de las deliciosas manzanas que le brindaba a cambio de su amor y su compañía.
Pero las cosas cambiaron cuando Anita empezó a notar que Garamond se comportaba distinto. Sus hojas se empezaron a marchitar, las pocas manzanas que daba eran desabridas y no tenía la misma vitalidad que antes.
Anita se preocupo cada vez más y finalmente decidió ir en busca de la cura para el árbol, al cual sólo ella podía salvarle la vida.
Una noche mientras todos dormían, ella muy silenciosa bajo las escaleras, recogió a su gato y salió en busca del remedio. Del encantamiento que le provea el poder para curarlo. Cuando salió a despedirse de Garamond, se dio cuenta de que no podría hacerlo sola y se sentó bajo su manzano. Derramaba algunas lágrimas, cuando una niña muy extraña se acerco a ella.
Esta niña no hablaba mucho, era muy tímida, su cabello era largo y oscuro como la misma noche y tenía unos mechones teñidos de rosa oscuro.
-          ¿Por qué lloras?- dijo la niña extraña
Anita, muy dudosamente le respondió:
-          Quién SOS vos? Que haces acá?
La niña le conto que siempre salía por las noches y se quedaba bajo algún árbol respirando aire puro y fresco, entonces Anita supo que era la persona indicada para acompañarla en esta aventura.
Para esto necesitaban primero tener un transporte para moverse, un guía y llamarse con nombres acordes a sus fantasías.
Subieron a la bicicleta de Silvina y siguiendo los instintos de Kinino, el gato, emprendieron viaje.
Anita se puso el nombre “Hanna- Manzana de Luzuriaga” y apodó a Silvina como “Sil-Pink” (por sus mechones color rosa).
Tenía que salvar al árbol viejo para que vuelva a dar manzanas y para eso debía ser nombrada doncella de la naturaleza. Así conseguiría los poderes necesarios para brindarle a “Garamond”.
Primera aventura: De cómo la nombran doncella.
Luego de arduas horas pedaleando, ya amanecía cuando encontraron el castillo de los encantamientos. En realidad era una simple verdulería, pero ella estaba segura de que era el lugar tan buscado y que allí tenían la pócima.
Hablaron con el vendedor y le contaron su problema. Necesitaban su ayuda para salvar a Garamond.
El verdulero se dio cuenta en seguida de que las muchachas no estaban cuerdas y alucinaban. Le pareció un tanto divertida la situación y ya que a él no le afectaba y estaba aburrido les siguió el juego.
Mezclo perejil, jugo de pepino y cascara de melón picada y se la hizo beber a “Hanna” diciendo unas palabras con sonido extraño, que lo hacían aparentar ser un hombre importante y sabio.

Segunda aventura: Su amado.
Ahora que ya era una princesa bautizada, necesitaba enamorarse de un apuesto príncipe para sentirse realmente como tal.
En el camino de vuelta hacia su barrio, un joven le llamo la atención. El trabajaba vendiendo flores en los semáforos, lo hacía porque era su forma de sobrevivir. Llevaba una vestimenta muy rotosa y su pelo estaba lleno de mechones de pelo enredado. Pero a Hanna le pareció muy caballero y su atención quedo puesta en el tan intensamente que se detuvieron para observarlo. Había encontrado su amor a primera vista. Nunca pudo saber su verdadero nombre porque él  continuo caminando y lo perdió de vista. Entonces  le invento un nombre ella: “Rosauro del Torreon”.


Tercera aventura: Las frutas maléficas.
Siguieron su recorrido y Hanna a lo lejos vio una luz que la llamaba. A medida que se acercaba veía que era cada vez más poderosa y ya no era solo una, sino que ¡eran tres!. Eran las frutas maléficas: “La Manzana del Diablo”, “El Limón Venganza” y “La Sandía Sangría”. Estaban furiosas porque les habían quitado parte de su poder para dárselo a una persona humana. Sil-Pink no sabía cómo explicarle que sólo era un semáforo para organizar el transito y que no le haría daño pero  Hanna estaba tan segura de que estaban intentando hipnotizarla y así engañarla para que le devuelva el poder de la poción, que coloco sobre sus ojos un cristal que llevaba de adorno la bicicleta de Sil y fue corriendo hacia aquellas frutas brillantes. Sil intentó frenarla y la siguió pero fue en vano. Cuando llego a alcanzarla ella ya estaba trepada en el caño que las sostenía lista para el ataque. Un corto instante alcanzó para que Hanna caiga al suelo tras una patada eléctrica. Por suerte no fue grave y siguió con vida.
-          ¿Viste que yo tenía razón? – dijo decepcionada Sil.
-          ¡Eran ellas! Esas frutas toman formas de objetos y me van a perseguir hasta lograr su objetivo, pero no me importa lo que pase, antes yo voy a cumplir con mi objetivo de salvar a mi querido árbol, Garamond.- le contestó ella.

1 comentario:

  1. Ana: buenísimo que hayas publicado tu historia. No te olvides de la foto en a ciudad. Cuando la tengas, subila al blog y también podés subir el poema de presentación que hicimos la primera clase y el poema lista.
    Gracias

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